Análisis del videojuego «Outlast 2»

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Los fans de los juegos de terror están de enhorabuena, ya que la segunda parte de uno de los títulos más notables de la década ha llegado. Estamos hablando de «Outlast 2», un juego que supera con creces al original con una gran cantidad de novedades pero con la misma esencia que pudimos ver en su primera entrega.

Red Barrels ha sabido alcanzar un nuevo nivel en los juegos de terror, haciendo que tengas que mirar de reojo la puerta de tu habitación mientras estás jugando o te lleves un susto de infarto si alguien aparece mientras estás jugando. Pese a que es un videojuego y lo sabes, no puedes evitar sumergirte tanto en él que pensarás que alguien puede matarte en cualquier momento.

En esta ocasión nos enfrentaremos a un grupo de fanáticos religiosos bastante más terribles que a los que ya vimos en «Outlast», si esto es posible, claro. La fórmula de «si ves peligro corre y te salvarás» ha quedado totalmente obsoleta en esta segunda entrega, ya que los enemigos te perseguirán y darán caza desde todas las direcciones posibles.

Lo mismo ocurre si te pierden de vista, pues irán por el camino más obvio e incluso registrarán los escondites de cada zona o llamarán a gritos a más compañeros para buscarte.

En esta ocasión nos pondremos en la piel de Blake Langermann, quien se ha visto involucrado en lo que sin duda es su mayor pesadilla. Estos fanáticos no se detendrán ante puertas o ventanas, ya que las romperán y lo único que lograrás al poner un pestillo es retrasarlos lo suficiente como para intentar escapar. Este nivel de adrenalina y ritmo frenético es lo que promete «Outlast 2», sobre todo porque esta vez el mapa será mucho más grande, puesto que nos encontraremos en una región agrícola de Arizona.

Alejándonos de los muros del Sanatorio de Mount Massive nos encontraremos con nuevas formas de sobrevivir en estos escenarios abiertos, como pueden ser los siguientes:

  • Sumergirnos en el agua.
  • Ocultarnos entre un campo de cultivo mientras nos arrastramos por el suelo.
  • Encontrar algún edificio y despistarlos en él.

En esencia es lo que ya vimos anteriormente pero mejorado y con un ritmo todavía más trepidante, que realmente no nos dejará alejarnos del estado de tensión y pánico ni un solo segundo en las más de 10 horas que dura la campaña.

A diferencia de la primera entrega, nos encontraremos con la libertad de acción, pese a que el juego nos empuje continuamente a situaciones desesperadas. Esto se debe a que podremos escoger cómo queremos avanzar o actuar frente a determinados enemigos. Es decir, podemos elegir entre varios caminos y pasar con sigilo o salir corriendo a toda velocidad mientras nos persiguen. Nuestro estilo de juego será clave para avanzar de la forma que mejor se nos adapte, ya que no podremos matar a nuestros enemigos al no contar con armas.

Una duración que parece corta, pero que sin duda no tiene en cuenta explorar todo lo que ofrece «Outlast 2». Además hay que tener en cuenta el sistema de vida, ya que cualquier herida que recibamos deberá tratarse con vendas y antibióticos, por lo no podremos regenerarnos con simplemente escondernos y esperar. Aunque disponemos de distintos niveles de dificultad, en el modo normal moriremos incontables veces.

La cámara de video seguirá siendo nuestra gran compañera, y gracias a su modo de visión nocturna podremos movernos por los tremendos mapas. Aunque con ella solamente podremos ver un par de metros de distancia y deberemos ahorrar batería siempre que sea posible. Como característica de mejora os podemos comentar que es posible gracias al micro de la propia cámara escuchar los pasos o conversaciones de nuestros perseguidores, algo que si lo utilizamos bien nos permitirá escondernos o escapar antes de toparnos con el enemigo.

La inteligencia artificial está relativamente bien conseguida. Esto hará que en muchas ocasiones, cuando nos detecten y comencemos a correr para intentar escapar, los enemigos se coordinen y pidan ayuda a sus compañeros para rodearnos. Eso sí, en algunos momentos nos encontramos con una falta de interacción por parte de los enemigos a la hora de vernos en un escondido que está delante de sus narices. Aunque este detalle no influye para nada en esta terrorífica aventura, que si bien cuenta con un apartado sonoro muy bien escogido, tanto en las melodías que nos pondrán en situación cada vez que nos encontremos con un enemigo hasta los ruidos de puertas y golpes.

Los villanos también nos ofrecen un gran diseño, que se encuentra a la par del apartado visual de «Outlast 2». El juego ha conseguido dar un gran salto con respecto a su primera entrega y cuenta con un nivel de realismo bastante alto, donde sin duda podemos disfrutar de un mundo terrorífico pero realista al mismo tiempo que nos invita a adentrarnos en él.

Por otra parte el doblaje al español no ha llegado en esta segunda entrega, pero sí que dispondremos de unos buenos subtítulos que hacen mejor papel que un mal doblaje.

El guión es uno de sus puntos fuertes y, pese a que no revelaremos nada de él para evitar estropear el juego, os podemos comentar que su final es, tanto a nivel visual como a nivel narrativo, una delicia. Sin duda todo este conjunto de características es lo que hacen de esta segunda entrega uno de los mejores juegos de terror hasta la fecha, superando incluso a «Resident Evil 7: Biohazard».

Si lo que buscas es asustarte o vivir una experiencia única de terror, no puedes esperar para ponerte a jugar a «Outlast 2». Eso sí, este juego no es recomendado para niños o para aquellas personas que padezcan del corazón, ya que los sustos y sangre están asegurados por igual. Los sueños terroríficos estarán garantizados durante una buena temporada por descontado.

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